Quiero ser golondrina que anide en tu pecho
para picotear con mis besos sobre el corazón que amo.
Quiero ser el arroyo que trace meandros en tu cuerpo
para pintar reflejos de luz sobre todas tus dudas.
Quiero morir a la sombra de tus pestañas
para redimirme a mí mismo.
Soy la gaviota que se perdió tierra adentro
y ahora anida en la espesura de tu continente sagrado.
Soy el pergamino vacío donde escribes cada minuto
la Biblia de la fe que perdí un día.
Quiero ver el tacto de tus ojos, ser el sabor de tus dedos,
el sonido de tu voz y el color de tu risa por siempre